La figura del cardenal Herrera Oria y la inquietud social en su etapa como obispo de Málaga fue fundamental para la mejora de la
provincia de Málaga, con el impulso de mejoras en las barriadas más
desfavorecidas y la creación de un plan de educación básica para todos.
Desde su llegada a Málaga, tenía clara cuál era su función al frente de
la Diócesis que debía comandar a partir del 12 de octubre de 1947. Una
provincia aún devastada por los horrores de la Guerra, con graves
carencias educativas y sociales, que necesitaba una respuesta que por
parte del Estado se hacía esperar. Ángel Herrera Oria sabía que la
reforma social debía hacerse desde el mismo pueblo, sin esperar algún
tipo de rescate. En sus casi 20 años de episcopado, el cardenal dejó
huella en la sociedad malagueña.
Hoy en día, aún podemos conocer con detalle el cambio que impulsó en Colmenarejo de la mano de Antonio Jiménez al cual siempre es un placer escuchar para comprender mejor la historia de nuestro barrio. Leer más¬